Las
conclusiones que hemos sacado son varias. Pensamos que esta práctica ha sido
divertida, porque hemos aprendido algo
que no podemos asimilar tan bien dando teoría, conocimientos que se adquieren mejor
en el laboratorio. Coincidimos todos en que nos faltó un poco de tiempo, no en
terminar la reacción (porque estas prácticas eran más cortas y tardamos menos
que en la primera evaluación), sino en ver el resultado de dicha reacción de
precipitación.
Aún
así, pudimos verlo por la reacción que dejó un grupo del día anterior. El
resultado fue que quedó un sólido que estaba todavía un poco blando y pegajoso,
porque todavía no se había secado del todo y aún tenía agua. Nos costó suponer que
pesaba más de lo esperado por esta causa, que estaba mojado.
Además,
esta vez también utilizamos otros instrumentos del laboratorio, como el embudo,
o el papel de filtro plegado, y aprendimos este nuevo tipo de reacción
experimentando en primera persona con una reacción fácil cómo claramente se
separaban los dos productos, permaneciendo el sólido en dicho filtro y cayendo
al vaso de precipitados el líquido incoloro.
El
hidróxido de cobre sólido y mojado podría secarse al aire libre, pero para que
no tuviese nada de agua tendríamos que esperar probablemente incluso días; pero
también podríamos utilizar para ello otros métodos más complejos y que
tratarían de eliminar la humedad más eficaz y rápidamente.
En conclusión, simplemente queremos aportar nuestra opinión, asegurando aquí que creemos esta es una buena forma para dar clase de otra manera, y poder ver y hacer otro tipo de reacciones químicas y aprender de ellas de la mejor manera posible, practicando y explicando todo lo que hacemos y por qué.
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